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Ambrosio Alfinger (Talfinger)

Biografía

Alfinger (Talfinger), Ambrosio. Ulm (Alemania), ú. t. s. xv – Valle de Chinácota (Colombia), 31.V.1533. Primer gobernador de Venezuela.

Friede aseguró que nació en Ulm, como Federmann, y perteneció a una familia gremial. Su verdadero apellido era Talfinger. Siendo joven, se trasladó a Augusburgo, donde entró al servicio de la Casa de los Welser. En 1525, fue enviado como factor de dichos banqueros a la sucursal de Sevilla. Posteriormente intervino en la financiación de la expedición que proyectó Sebastián Gaboto a las islas de las Molucas y que terminó en el Río de la Plata. En 1526, fue enviado como factor a Santo Domingo para dirigir la factoría de los Welser, junto con Jorge Ehinger.

El 27 de marzo de 1528, los Welser negociaron a través de Enrique Ehinger y Jerónimo Sailer una capitulación con la Corona para establecer una colonia en Venezuela. Alfinger fue nombrado primer gobernador y capitán general de dicho territorio. Preparó una hueste de trescientos hombres que partió de España bajo el mando de García de Lerma, gobernador de Santa Marta, que se ofreció a llevarla hasta Santo Domingo y entregarla a los alemanes. García de Lerma había negociado colaborar con los alemanes en la conquista de la costa colombo-venezolana. Alfinger, que se encontraba en La Española, recibió puntualmente la tropa y Lerma siguió a su gobernación. Alfinger obtuvo permiso de la Audiencia para partir hacia Venezuela el 1 de marzo de 1529. Llegó a Coro, donde obligó a retirarse a Juan de Ampíes, factor del Emperador, que había ocupado varias islas costeras y pretendía también una gobernación venezolana.

El capitán español había levantado un pequeño establecimiento en Coro, pero tuvo que abandonarlo, ya que la concesión a los Welser iba desde el cabo de la Vela hasta Maracapana. Alfinger formalizó entonces la fundación de una verdadera ciudad en Coro el año 1529. Mandó elegir cabildo y a sus primeros regidores.

A principios de agosto del mismo año partió de Coro con ciento ochenta hombres hacia el occidente, donde se creía que podría estar la entrada a la Mar del Sur, ya que se desconocía la verdadera geografía de la zona noroccidental de Suramérica y del sur del Darién panameño. Dejó a Luis de Sarmiento como su lugarteniente en Coro. El 8 de septiembre de 1529, llegó a la laguna de Nuestra Señora y Xuruara, lugar en el cual realizó una fundación que se supone es la primera de la ciudad de Maracaibo. Luego se dedicó a pacificar la región de la sierra de Perijá, donde permaneció un año luchando contra los caquetíos y jideharas, cuibas y cuyones y bugures. Volvió a Maracaibo, dejó parte de la hueste, y regresó a Coro el 3 de mayo de 1530 con setenta hombres y un botín de siete mil pesos de oro. Allí encontró como gobernador a Juan Seissenhofer (Juan Alemán), que había llegado el 18 de abril de 1530 con tres navíos y había sido aceptado por el cabildo de Coro, creyendo que Alfinger había muerto. En realidad, la Compañía alemana había enviado a Nicolás de Federmann con un nuevo continente de soldados y mineros, por carecer de noticias sobre Alfinger. Federmann tardó más de tres semanas en la travesía a Canarias y luego llegó a Coro acompañado de Jorge Ehinger, que vino desde Santo Domingo.

Federmann desembarcó por equivocación en Paraguaná, a 26 millas de Coro. Envió mensajeros a Coro y Luis de Sarmiento fue a encontrarle.

Alfinger fue aceptado como gobernador por el cabildo de Coro, pero como estaba enfermo de calenturas decidió ir a curarse a Santo Domingo. Dejó como gobernador interino en Coro a Nicolás de Federmann y como su teniente en Maracaibo a Luis González de Leiva. Zarpó para la Española el 1 de agosto de 1530, llevándose un botín de 9.586 pesos y 6 tomines. Una vez repuesto, regresó a Coro el 27 de enero de 1531.

La población estaba a cargo de Bartolomé Santillana, nombrado por Federmann, quien se había ausentado de la misma. El 9 de julio de 1531 Alfinger salió nuevamente de Coro dispuesto a encontrar la comunicación con la Mar del Sur. Una vez en Maracaibo, dejó allí al teniente Bartolomé Santillana y tomó ciento treinta infantes y cuarenta caballeros con los que efectuó otra exploración. Al regresar de ésta volvió a salir de Maracaibo, pero embarcado en el río Marcomite, donde estaban los indios onotos. Volvió a fracasar en su exploración y regresó a Maracaibo para esperar la llegada de su teniente Luis González de Leiva.

El 1 de septiembre de 1531 abandonó definitivamente Maracaibo y emprende su gran exploración con ciento cincuenta hombres y diez caballos. Llegó a la serranía donde nace el río Marcomite, en tierra de los buredes y encontró luego un gran valle (Valledupar), al sur de la sierra de Santa Marta, que cruzó hacia su zona meridional. Penetró luego en el valle del río Cesar, encontrando allí algunos pueblos abandonados.

En el pueblo de Pauxoto recogió un gran botín de oro, unos 24.000 pesos, que decidió enviar a Coro, aprovechando la ocasión para pedir socorros.

Confió esta misión al capitán Íñigo de Vasconia con veinticuatro hombres. Esta patrulla se perdió, pasando infinitas hambres y calamidades (parece que llegaron al canibalismo), pereciendo todos menos uno.

Alfinger partió de Pauxoto y llegó al pueblo de Tamara, a orillas del río Xirirí. El 10 de abril de 1532 alcanzó el pueblo de Cimpachey, en tierra de los cindaguas.

Aquí recibió noticias de que en las proximidades había unos pueblos muy ricos, llamados Cimití y Coyandía. Como no había recibido los refuerzos solicitados envió a Coro el 24 de junio a Esteban Martín.

Éste llegó a Coro a fines de julio y volvió a Maracaibo con cincuenta hombres de refuerzo. Finalmente Esteban Martín, al mando de ochenta y dos soldados, encontró a Alfinger en Comizaca, un pueblo de los cindaguas. Alfinger, una vez reforzado, intentó seguir hacia el sur por las orillas del río Magdalena para alcanzar la provincia dorada de Simití, pero se lo impidieron los esteros y las ciénagas. Decidió entonces regresar a Coro, pero subiendo por la serranía de Ocaña y alta cordillera de Cachirí. Los indios le combatieron continuamente. En un paso por la cordillera le mataron ocho soldados, entre ellos el capitán alemán Juan Casimiro Nüremberg y veinte indios. Pasó por tierras de Pamplona y en el valle de los Chinácota (donde más tarde se fundó la ciudad de Pamplona) se vieron rodeados de indios, que hirieron a Esteban Martín en una mano y al propio Alfinger en la garganta. Eran flechas envenenadas y el gobernador murió al cuarto día, el 31 de mayo de 1533. Este valle se ha llamado el de Micer Ambrosio, en su recuerdo. La tropa eligió jefe al factor Pedro de San Martín y bajo su mando llegaron a Coro el 2 de noviembre de 1533 tras una ausencia de dos años y tres meses. Trajeron un botín de 30.996 pesos de oro, noticias del descubrimiento del Magdalena y el Cesar y el convencimiento de que en su interior habia indios muy ricos en oro. Alfinger fue sustituido por Federmann y tuvo una residencia póstuma desfavorable por las crueldades cometidas con los indios y por los desmanes de que hizo objeto a los españoles.

 

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Manuel Lucena Salmoral